
Hoy 25 de diciembre de 2017, día de Navidad, el obispo de la diócesis de Ciudad Rodrigo, Raúl Berzosa Martínez, ha celebrado dos eucaristías: la primera en el Hospicio ante residentes y feligreses habituales ante los que ha recordado el fallecimiento de Roberto, encargado del cine Juventud.
La segunda en la Catedral de Santa María, ante feligreses locales y fieles de otros lugares que cumplen su precepto, misa cantada.
El tema de la homilía ha sido el mismo en las dos celebraciones: Cuatro Navidades son las que se celebran cuando llega la Navidad: la primera Jesús se hizo carne e historia; la segunda Navidad es la vuelta al nacimiento de Jesús en el pan y el vino en la eucaristía; tercera Navidad es la historia de la Navidad hasta la Navidad definitiva, “cuando Cristo no vendrá como Niño sino como juez y será la Navidad definitiva” (momento en el que recuerda a Roberto); y la última es la que cada uno tiene que vivir en su corazón.
Pide a los presentes que imiten el ejemplo de tres personajes que aparecen en los belenes. Los pastores que dieron lo mejor de ellos, ovejas, leche…; los Reyes Magos que dieron lo mejor de ellos, también, oro, incienso y mirra; y San Nicolás, Papá Noel, un personaje del siglo IV, nacido de una familia humilde quería ser sacerdote. Mueren sus padres y sólo se fue con su tío obispo de Myra. De las leyendas que hay sobre su vida una se refiere a la ayuda que da a tres jóvenes que sin dote no podían casarse pues su padre no podía ofrecer nada. Las jóvenes colocaban calcetines en su ventana, y él, San Nicolás, iba dejando una moneda en cada calcetín hasta que ellas consiguieron tener suficiente para la dote. Se casaron y fueron esposas y madres ejemplares. De ahí la tradición de poner un calcetín en estas fechas navideñas, y reivindica que no hay rivalidad entre ninguno: Reyes Magos y Papá Noel.
Concluye pidiendo que seamos generosos, no solo con nuestros bienes, sino con las personas.
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