
Marcos Iglesias Caridad, alcalde del Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo, se ha referido al contenido de la carta que el sacerdote Civitatense, Tomás Muñoz Porras, nos envió ayer (carta íntegra, aquí), sobre la continuidad de la Diócesis de Ciudad Rodrigo. Iglesias Caridad manifiesta su preocupación, entendiendo la separación de iglesia y estado.
Como alcalde, y también los anteriores en el cargo, han defendido la continuidad de la Diócesis, que ha tenido etapas de administración desde mediados del siglo XIX hasta la restauración a mediados del siglo XX.
A principios de este siglo, en 2002 y 2003 vuelve a tener un tiempo de vacancia y los vientos de la desaparición soplando, también con el obispo de Salamanca como posible obispo de Ciudad Rodrigo.
El actual obispo administrador apostólico, Jesús García Burillo, está comprometido con la Diócesis, y la diferencia entre él y el obispo ordinario no existe, pero es una situación de tránsito “que nos inquieta por la histórica disposición, aunque sea una Diócesis pequeña”. Es una “preocupación porque el obispo de Salamanca sea el de Ciudad Rodrigo”.
En conversaciones con el obispo y otras opiniones dice Iglesias Caridad que todos coinciden en que la Diócesis es un bien para Ciudad Rodrigo. Entiende que se tiene que dar una resolución, que pasa necesariamente porque Ciudad Rodrigo siga con obispo presencial exclusivo y diferente al de Salamanca.
El momento actual no es diferente a otros vividos, entiende Iglesias Caridad, como tampoco hay ninguna causa para la supresión y que el obispo de Salamanca fuera el de Ciudad Rodrigo.
“Somos pocos, pero no es causa, pues la Diócesis tiene clero y Seminario”. Otro argumento a favor del mantenimiento de la Diócesis es el envite de la despoblación, y la iglesia también debe implicarse y “no puede abandonar el barco”. Hace un llamamiento a la iglesia de Roma para que la solución sea el nombramiento de un obispo residencia para Ciudad Rodrigo.
Hoy hay menos ánimo social que en 20o2-2003 por la pandemia, pero hace un llamamiento a la sociedad, creyente o no, para que traslade su inquietud a la nunciatura apostólica.
La Catedral y Ciudad Rodrigo nacieron juntas en el siglo XII, la Diócesis es un signo de identidad.
Sus declaraciones terminan reconociendo el buen papel del administrador apostólico, García Burillo, que está jubilado y en el tiempo que lleva en Ciudad Rodrigo está contento y entregado a su labor.
(imagen de archivo)
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