
“A un panel de rica miel, dos mil moscas acudieron…”. Podían haberse vacunado voluntariamente en la fase de experimentación pero no procedía por si las moscas y ahora, con la mosca detrás de la oreja, lo hacen a hurtadillas. Panda de pícaros que llegaron entre banderas de gelatina para chuparla hasta quedar presos de patas en el pastel de la vergüenza mientras que miles de inocentes esperan pacientes la ansiada golosina con sabor a urgencia. Y pedirán el voto descaradamente… Ni con dimisiones.
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