
LA “FE DEL CARBONERO” LA SOLUCIÓN PARA LA VACANTE DEL OBISPADO
HAY QUIEN OLVIDA DE QUE ESTAMOS EN EL SIGLO XXI Y QUE LA IGLESIA HA EVOLUCIONADO
El surgere civitas (levántate ciudad, álzate diócesis) me parece el grito más auténtico que ha sonado en el ambiente religioso mirobrigense desde aquella sonora homilía, que hace medio siglo, pronuncio Matías Castaño en relación con ciertas celebraciones festivas.
Cada uno es dueño de sus convicciones íntimas y de forma especial de las religiosas. Cada cual puede establecer la forma en la que se relaciona con lo que cree. Respeto la actitud sumisa sin paliativos de la más humilde monjita de clausura y, también, las discusiones y discrepancias atrevidas de algunos teólogos de la liberación.
Lo que me rebela es que alguien trate de callar las voces de los que no están conformes con la situación actual de la diócesis de Ciudad Rodrigo y pidan el nombramiento de un obispo titular para la sede que lleva vacante dos años.
Creemos que se trata de una situación atípica y fuera de lo normal. Lo maravilloso es que quien pide que se acepte la inacción de la Santa Sede, la opacidad de la situación y la desinformación sobre el tema, no da ningún argumento y solo pide que los creyentes mirobrigenses tenga la “fe del carbonero” de la que nos hablaba Miguel de Unamuno en La Agonía del Cristianismo.
Estamos en el siglo XXI y creemos que se han superado muchos de los tabúes y desvergüenzas de nuestro pasado, incluido el de la Iglesia. Hubo un momento muy significativo que en su día nos lo explicaron de una forma tremendamente sencilla. Me refiero al instante en el que se produjo el cambio de decir la misa en castellano en vez de latín y de hacer la eucaristía cara a los fieles en vez de espalda y sin acceso visual a la liturgia.
Entonces nos hablaron que la Santa Sede entendía que debía actuarse con claridad, a la vista de todos y de forma que se viera y se entendiera.
En Ciudad Rodrigo no se entiende ahora que tras dos años del cese de Raúl Berzosa, tras una dimisión llena de interrogantes y rumores, aún no se haya nombrado su sustituto. Al tiempo sobrevuela el temor (¿amenaza?) de la supresión de la diócesis de Ciudad Rodrigo. Como solución (¿o parche?), el obispo que cesaba por razones de edad en Ávila, era la solución para la sede episcopal de Miróbriga. Parece que en esto, como en el futbol, hay primera, segunda y tercera división.
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