
La niña tiene un osito de peluche. Ojos inmensos, desconfiados. Cada tarde, al salir del cole, su abuelo espera a las puertas de infantil con el juguete. El osito mudo y la mirada perdida. En el parque, lo arroja por el tobogán y el muñeco desorientado resbala hasta el colchón de arena playera. A la hora de dormir, con la luna ensimismada en su esplendor, le cuenta historias de dragones, corsarios y fantasmas. El osito piensa en otra cosa.
1 Comentario
No es un osito el que trae el abuelo a la niña cada dia al salir del cole, es un León del Monte, que cuenta historias fantásticas de dragones de dos cabezas, en La Luna ensimismada de Júpiter.